Recomendaciones generales de ejercicio para la población con cáncer
Tradicionalmente, se recomendaba que los supervivientes de cáncer descansasen y evitasen el ejercicio extenuante, a pesar de la existencia de varias directrices de prestigiosas instituciones internacionales como el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM por sus siglas en inglés) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades que promovían el ejercicio en la población general (1). Sin embargo, estas guías no abordaban específicamente qué ejercicio era recomendable -y cuál no- en pacientes con características tan particulares como los supervivientes de cáncer. En 2009, la ACSM organizó una reunión a la que asistieron expertos del ámbito clínico y de la investigación de todo el mundo para debatir si estas directrices generales (que promovían al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad vigorosa a la semana, y de dos a tres sesiones de ejercicios de fortalecimiento y estiramiento a la semana) podían ser aplicables a los supervivientes de cáncer. Por tanto, la publicación de estas directrices (2) supuso un primer paso en el campo del ejercicio físico en supervivientes de cáncer, ya que ponían de manifiesto los beneficios y la seguridad del ejercicio en esta población, así como la necesidad de individualizar el entrenamiento en función de las características específicas de cada superviviente.
¿Qué dicen los expertos basándose en las pruebas?
Existe evidencia sólida de que el ejercicio puede representar una terapia coadyuvante para atenuar los efectos adversos relacionados con el cáncer, y los expertos internacionales respaldan que "»las personas que viven con y después del cáncer deben ser tan activas como les sea posible« (3). Estas recomendaciones, publicadas en 2019 en la revista científica más prestigiosa del mundo CA: A Cancer Journal for Clinicians (3), indican que en los casos en los que los supervivientes puedan hacer ejercicio sin supervisión de forma segura, deben recibir consejos estandarizados sobre el ejercicio. Sin embargo, cuando el oncólogo considere que el ejercicio no supervisado puede no ser seguro para el paciente, debe ponerse en contacto con profesionales del ejercicio cualificados para individualizar el programa de ejercicio y obtener el mayor beneficio posible.
Conclusión
En general, el ejercicio físico es seguro para los supervivientes de cáncer. Las recomendaciones propuestas deben servir de guía a los entrenadores personales, como un objetivo a alcanzar, sin olvidar nunca la importancia del principio de individualización del entrenamiento, que determinará cómo debe comenzar el entrenamiento para alcanzar estas recomendaciones. En próximos artículos, explicaremos cómo trabajar los diferentes componentes físicos y qué beneficios aportan cada uno de ellos. Síguenos para mantenerte informado.
Autor: Javier S. Morales, UCA
Referencias:
1. Pate, R. R., Pratt, M., Blair, S. N., et al. (1995). Physical activity and public health: a recommendation from the Centers for Disease Control and Prevention and the American College of Sports Medicine. Jama, 273(5), 402-407.
2. Schmitz, K. H., Courneya, K. S., Mathews, C., et al. (2010). American College of Sports Medicine roundtable on exercise guidelines for cancer survivors. Medicine and Science in Sports and Exercise, 42(7), 1409-26
3. Schmitz, K. H., Campbell, A. M., Stuiver, M. M., et al. (2019). Exercise is medicine in oncology: engaging clinicians to help patients move through cancer. CA: a cancer journal for clinicians, 69(6), 468-484.